4 de Febrero

Día Mundial del Cáncer

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Cada 4 de febrero se transforma a nivel mundial en un día de concientización sobre el cáncer. El objetivo de esta jornada es reducir el número de muertes evitables cada año, dando a conocer y difundiendo cuáles son las acciones que deben encararse para reducir la mortalidad por esta enfermedad.

Bajo el lema “Por unos cuidados más justos” en este día se trata de reconocer el poder del conocimiento.

Este 4 de febrero se llama a que, independientemente de quién sea y dónde esté, desempeñe su papel en la creación de un mundo sin cáncer.

El primer año de la campaña “Por unos cuidados más justos” se centra en reconocer y entender las inequidades existentes en la atención oncológica en todo el mundo. Se trata de tener una mente abierta, cuestionar las suposiciones y centrarse en los hechos:

  • La inequidad en la atención oncológica cuesta vidas.
  • Quienes buscan tratamiento oncológico encuentran barreras a cada paso.
  • Los ingresos, la educación, la localización y la discriminación basada en la etnia, el género, la orientación sexual, la edad, discapacidad y estilo de vida son solo algunos de los factores que pueden afectar negativamente a la atención sanitaria.
  • La brecha nos afecta a todos, incluido usted y sus seres queridos.
  • Estas barreras no son inamovibles. Se pueden cambiar.

Este es el año para cuestionar la situación actual y ayudar a reducir el estigma, escuchar los puntos de vista de la gente que vive el cáncer en primera persona y de sus comunidades, y dejar que esas experiencias vividas guíen nuestras reflexiones y acciones.

Así es cómo podemos empezar a imaginar una mejor manera de hacer las cosas y construir una visión de futuro más justa, un futuro en el que la gente viva vidas más saludables y tenga mejor acceso a los servicios sanitarios y oncológicos sin importar dónde se nazca, crezca, su edad, trabajo o estilo de vida.

Cáncer y Covid- 19

Las personas con cáncer tienen un mayor riesgo de sufrir COVID-19 grave. En el grupo de las personas que contraen COVID-19 y tienen una afección subyacente, como el cáncer, la mortalidad es más alta que las que no tienen cáncer. Dada la vulnerabilidad de los pacientes con cáncer, se recomienda que los servicios continúen el proceso de reorganización hasta que se reduzca el riesgo de infección por COVID-19 durante la pandemia.

COVID-19 ha provocado interrupciones en los servicios de salud esenciales, incluida la atención del cáncer. Los retrasos en el diagnóstico y el tratamiento del cáncer tienen un impacto en la progresión del cáncer, y durante la pandemia de COVID-19, los retrasos en la atención del cáncer podrían conducir a picos futuros de mortalidad por cánceres potencialmente curables, como resultado de no recibir el tratamiento estándar.

Por esta razón, se deben gestionar rápidamente los servicios oncológicos rápidamente y evitar la acumulación de retrasos en el tratamiento, con el fin de prevenir un aumento de las muertes evitables por cáncer. Al mismo tiempo, la prevención de la infección por COVID-19 en los centros donde se prestan servicios oncológicos es fundamental para proteger a los pacientes y los trabajadores de los centros de salud. Se deben realizar esfuerzos para mantener los objetivos del tratamiento y controlar los síntomas y las complicaciones.

Fuente: OPS

Cáncer en las Américas

En la Región de las Américas, el cáncer es la segunda causa de muerte. Se estima que 3,8 millones de personas fueron diagnosticadas en 2018 y 1,4 millones murieron por esta enfermedad. Aproximadamente, el 57% de los nuevos casos de cáncer y el 47% de las muertes ocurren en personas de 69 años de edad o más jóvenes, cuando se encuentran en lo mejor de sus vidas.

Los tipos de cáncer diagnosticados con mayor frecuencia entre los hombres son: próstata (21,7%), pulmón (9,5%), colorrectal (8%), vejiga (4,6%) y estómago (2,9%). Entre las mujeres, los tipos de cáncer con mayor incidencia son: mama (25,2%), pulmón (8,5%), colorrectal (8,2%), tiroides (5,4 %) y cervicouterino (3,9%)

Los tipos de cáncer que causan más muertes entre los hombres son: pulmón (19,6%), próstata (12,1%), colorrectal (9,3%), hígado (6%) y estómago ( 5,4%). En las mujeres son: pulmón (17,4%), mama (15,1%), colorrectal (9,5%) y cervicouterino (5.2% ).

Argentina se encuentra dentro del rango de países con incidencia de cáncer media-alta (172.3-242.9 x 100000 habitantes); de acuerdo a las estimas realizadas por la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) para el año 2012 (ver mapa). Esta estimación corresponde a más de 100.000 casos nuevos de cáncer en ambos sexos por año, con porcentajes similares tanto en hombres como en mujeres. Con estos números, la IARC ha estimado para la Argentina una incidencia en ambos sexos de 217 casos nuevos por año cada 100.000 habitantes.

Prevención

La carga del cáncer se puede reducir mediante la implementación de estrategias basadas en la evidencia para su prevención, tamizaje, detección temprana, tratamiento y también para mejorar el acceso a los cuidados paliativos. Los factores de riesgo modificables más comunes para el cáncer, son compartidos con los de otras enfermedades no transmisibles, e incluyen:

  • El consumo de tabaco
  • Baja ingesta de frutas y verduras
  • El uso nocivo de alcohol
  • Falta de actividad física

Algunos de los factores de riesgo específicos para cáncer incluyen las infecciones crónicas del virus del papiloma humano (VPH) -para cáncer cervicouterino-, hepatitis B y C - para cáncer de hígado- y H. pylori -para cáncer de estómago.

Estilos de vida saludables

  • Al menos un tercio de los cánceres más comunes se pueden prevenir no fumando, reduciendo el consumo de alcohol, llevando una dieta más saludable y haciendo más ejercicio físico.
  • La adopción de hábitos saludables en etapas tempranas de la vida reduce el riesgo de cáncer y de otras enfermedades no trasmisibles (ENT) en la edad adulta.

Detección temprana

  • El poder garantizar la disponibilidad y el acceso a programas de detección temprana del cáncer puede reducir significativamente la carga de esta enfermedad en todos los países.
  • En los casos de cáncer de mama, colorrectal y de cuello de útero, existen datos importantes que respaldan la puesta en marcha de programas de tamizaje (o detección) para la población ajustados a los recursos del país y a la carga de la enfermedad. El Instituto Nacional del Cáncer (INC) del Ministerio de Salud de la Nación cuenta con programas dedicados a estos tres cánceres.
  • La inversión en la capacitación profesional continua es fundamental para equipar a los profesionales sanitarios con las herramientas y los conocimientos apropiados, que les permitan reconocer los primeros signos y síntomas de algunos tipos de cáncer.

Se estima que del 30 al 40 por ciento de los cánceres se pueden prevenir al reducir la exposición a estos factores de riesgo. Las políticas de salud pública se pueden implementar para respaldar la elección individual de estilos de vida saludables, convirtiéndolas en la opción más fácil. Muchos otros tipos de cáncer, especialmente el cervicouterino, el de mama y el cáncer colorrectal, pueden detectarse temprano y tratarse eficazmente a través de programas organizados y detección temprana ligados a un el acceso al tratamiento oportuno.

El cáncer puede prevenirse y controlarse implementando estrategias basadas en la evidencia para la prevención, tamizaje y detección temprana, tratamiento y cuidados paliativos. La OPS/OMS trabaja con los países miembros en diferentes aspectos relacionados con la prevención y control del cáncer.